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sábado, 17 de octubre de 2009
Los cocodrilos son reptiles de gran tamaño, de cabeza ancha, aplanada y de forma triangular, con fuertes mandíbulas, que poseen dientes muy agudos que se abren con los maxilares; las aberturas de los oídos se encuentran a ambos lados de la cabeza y los orificios nasales y los ojos son prominencias que sobresalen de la misma.
El dorso de su cuerpo está cubierto de placas óseas y en la región abdominal y lateral tienen escamas. Tienen cuatro miembros locomotores. La cola es gruesa en la base y comprimida en el punto más distante de la cabeza, es el órgano más importante para la propulsión ya que mientras nada, los miembros anteriores y posteriores permanecen pegados al cuerpo.
Desde el punto de vista taxonómico, los cocodrilos pertenecen la clase Reptilia, subclase Archosauria y orden Crocodylia, que para su estudio, se encuentra clasificados en tres Familias y ocho Géneros. Alligatoridae (aligatores y caimanes) con siete especies.
Crocodylidae (verdaderos cocodrilos, lagartos y caimanes de la costa del Pacífico) con trece especies.
Gavialidae (ghariales o gaviales de la India) con una especie.
Estas veintiuna especies vivientes se pueden localizar en las zonas tropicales y subtropicales de Australia, Nueva Zelandia, Tailandia, Nueva Guinea, China, India, África y América.
En América hay cuatro especies de cocodrilos.
El cocodrilo cubano, que vive sólo en Cuba y en la isla de la Juventud, tiene el hocico comparativamente corto y alcanza unos 3,5 m de longitud; el cocodrilo pardo o lagarto negro, de tamaño inferior al del cocodrilo cubano (mide 2,5 m), vive a lo largo de la llanura costera del golfo de México, en la península de Yucatán, al sur de México, en Belice y en el norte de Guatemala. El cocodrilo del Orinoco, vive en la cuenca de captación del sistema fluvial del río Orinoco y alcanza los 7,5 m de longitud.
El cocodrilo amarillo, uno de los más grandes de América, alcanza longitudes de unos siete metros y tiene una amplia distribución, desde Florida hasta Cuba y otras islas del Caribe, el sur de México, América central y el norte de Suramérica.
Los cocodrilos pertenecen a un grupo muy antiguo, con más de doscientos millones de años, con cientos de formas fósiles, que tuvieron adaptaciones en el transcurso de su historia. Los cocodrilos son animales muy adecuados a los hábitats acuáticos y salobres de las áreas tropicales. Características biológicas
Desde el punto de vista ecológico, se consideran especies clave que mantienen la estructura y función del ecosistema por las actividades que realizan, tales como la depredación selectiva de especies de peces, reciclamiento de nutrientes y mantenimiento de refugios con agua durante las sequías.
Todos los cocodrilos son depredadores acuáticos muy efectivos. Aún cuando están considerados dentro de los reptiles, los cocodrilos pueden mantener la temperatura de sus cuerpos dentro de límites estrechos, por medio de comportamiento, asoleándose cuando están fríos o buscando la sombra cuando están calientes. Usan la boca como radiador al dejarla abierta mientras duermen.
Su metabolismo es muy eficiente y tienen reflejos rápidos y una alta habilidad locomotora en tierra, la que les permite, inclusive, correr erectos sobre sus dos extremidades posteriores, o bien, nadar rápidamente en el agua impulsados por su poderosa cola.
Los cocodrilos presentan patrones de comportamiento complejos, con interacciones sociales, jerarquías de dominancia, vocalizaciones, alimentación coordinada y cuidado maternal.
Tienen buena vista y buen oído y cuentan con la particularidad de que sus dientes son sustituidos por nuevas piezas dentales cuando se les caen las anteriores.
Los cocodrilos son muy longevos en condiciones naturales y hay registros de la supervivencia por varias décadas de algunos de ellos. Bucean con muy buena visión debido a su segundo párpado transparente, los juveniles realizan un control natural de plagas de insectos o babosas al alimentarse de ellos.
Reproducción
La reproducción de los cocodrilos es por huevos. Hacen un nido, una pequeña montaña de hojas secas y tierra, cerca del agua donde la hembra desova. Un detalle de suma importancia: por lo general la madre es muy celosa del nido y de los pequeñuelos recién nacidos.
Las hembras pueden poner de 10 a 40 huevos con cascarón duro en un nido excavado en el suelo o en un montón de vegetación acumulado por ella misma. En la mayoría de las especies, ésta permanece cerca del nido para protegerlo contra depredadores.
Al nacimiento, las crías producen una vocalización que induce a la hembra a ayudarlas a salir del nido, inclusive acarreándolas en su boca para depositarlas en el agua.
Las crías permanecen cerca de la madre por varios meses y obtienen protección por su proximidad. Al ir creciendo, las crías se van dispersando y son cada vez más independientes; no obstante, un gran número de ellas muere por la depredación de otros animales e inclusive de otros cocodrilos, o bien por efecto del ambiente, como las bajas temperaturas.
Las crías sobrevivientes alcanzan la madurez en un periodo de entre cinco y quince años, dependiendo de la especie. En promedio y en la mayoría de las especies, las hembras alcanzan la madurez sexual a los ocho años de edad.
En general, las hembras crecen más lentamente que los machos, los que a su vez llegan a ser más grandes que las primeras.
Hábitat y hábitos
En el agua los cocodrilos se impulsan con la cola, que además les sirve como timón, y también con sus patas posteriores palmeadas; en tierra se arrastran lentamente o caminan o corren elevando el cuerpo sobre el terreno con sus cuatro extremidades, de cinco dedos las anteriores y cuatro las posteriores.
Desde el nacimiento y hasta que alcanzan una talla aproximada de un metro de longitud, consumen insectos, crustáceos, moluscos, anfibios y peces pequeños. Por su parte, los juveniles y pre-adultos, prefieren animales de mayor tamaño como son peces, pollos de aves, culebras, basiliscos, ranas y pequeños mamíferos.
Cuando alcanzan la edad adulta, se alimentan de distintas clases de animales sin importar el tamaño. Se estima que un ejemplar consume, dependiendo de la edad del cinco al veinte por ciento de su peso corporal de alimento por semana.
Para comer los cocodrilos aprisionan a su presa, que pueden tragar completa si es del tamaño adecuado para este efecto. Si por el contrario se trata de una presa grande, le dan vueltas hasta que la desgarran, y luego engullen los trozos completos, ya que no tienen la habilidad de masticar.
Estos reptiles tienen mala fama en cuanto a los ataques a humanos y realmente existen algunos reportes accidentales en ese sentido, también pueden llegar a atacar cerdos, becerros y hasta perros, sobre todo cuando estos animales se acercan a beber en las márgenes de los ríos o manglares.
Sin embargo, éstas son sólo excepciones, ya que en realidad, cuando son pequeños su dieta carnívora incluye: larvas, insectos, crustáceos y en la fase adulta se alimentan generalmente de peces, crustáceos, aves y mamíferos silvestres de considerable tamaño.
También se sabe que tragan pequeñas piedras o guijarros, llamados gastrolitos, de los que se cree que les sirven para ayudarse en la trituración y digestión de los alimentos, de los cuales no dejan ningún rastro en el excremento como los otros carnívoros.
Extinción
Debido a su aspecto terrorífico, de gran devorador, el cocodrilo ha sido el antagonista ideal de muchos héroes de películas y esa imagen distorsionada –en un filme de terror estadounidense un cocodrilo macho devora en una sola noche a seis seres humanos– crea en muchas personas sentimientos de temor o repulsión hacia estas criaturas. La verdad, sin embargo, es muy distinta.
Más que amenaza, el cocodrilo es otra de las numerosas especies amenazadas por la extinción. El hombre lo persigue motivado por el amplio mercado de productos obtenidos de su piel. En la década de los sesenta, cuando la cotización de estos artículos alcanzó niveles estratosféricos, se produjo una matanza sin igual en América, quizá sólo comparable con el exterminio masivo del bisonte en las praderas estadounidenses, la cual llevó a profetizar a los zoólogos: "En pocos años, los grandes reptiles acorazados, que desde hace 175 millones de años existen en la Tierra, se extinguirán como antaño ocurrió con los dinosaurios".
Su piel gruesa y durable tiene gran demanda en la industria peletera, que la emplea para la elaboración de zapatos, bolsas, cinturones, portafolios, billeteras y otros accesorios. Su carne es considerada muy sabrosa en algunos lugares y la industria de la perfumería utiliza sus dientes para fijar aromas. Además, hay gran demanda de crías de cocodrilo y caimanes para el comercio de mascotas exóticas. Por increíble que parezca, la demanda en este mercado alcanza niveles muy elevados.
El dorso de su cuerpo está cubierto de placas óseas y en la región abdominal y lateral tienen escamas. Tienen cuatro miembros locomotores. La cola es gruesa en la base y comprimida en el punto más distante de la cabeza, es el órgano más importante para la propulsión ya que mientras nada, los miembros anteriores y posteriores permanecen pegados al cuerpo.
Desde el punto de vista taxonómico, los cocodrilos pertenecen la clase Reptilia, subclase Archosauria y orden Crocodylia, que para su estudio, se encuentra clasificados en tres Familias y ocho Géneros. Alligatoridae (aligatores y caimanes) con siete especies.
Crocodylidae (verdaderos cocodrilos, lagartos y caimanes de la costa del Pacífico) con trece especies.
Gavialidae (ghariales o gaviales de la India) con una especie.
Estas veintiuna especies vivientes se pueden localizar en las zonas tropicales y subtropicales de Australia, Nueva Zelandia, Tailandia, Nueva Guinea, China, India, África y América.
En América hay cuatro especies de cocodrilos.
El cocodrilo cubano, que vive sólo en Cuba y en la isla de la Juventud, tiene el hocico comparativamente corto y alcanza unos 3,5 m de longitud; el cocodrilo pardo o lagarto negro, de tamaño inferior al del cocodrilo cubano (mide 2,5 m), vive a lo largo de la llanura costera del golfo de México, en la península de Yucatán, al sur de México, en Belice y en el norte de Guatemala. El cocodrilo del Orinoco, vive en la cuenca de captación del sistema fluvial del río Orinoco y alcanza los 7,5 m de longitud.
El cocodrilo amarillo, uno de los más grandes de América, alcanza longitudes de unos siete metros y tiene una amplia distribución, desde Florida hasta Cuba y otras islas del Caribe, el sur de México, América central y el norte de Suramérica.
Los cocodrilos pertenecen a un grupo muy antiguo, con más de doscientos millones de años, con cientos de formas fósiles, que tuvieron adaptaciones en el transcurso de su historia. Los cocodrilos son animales muy adecuados a los hábitats acuáticos y salobres de las áreas tropicales. Características biológicas
Desde el punto de vista ecológico, se consideran especies clave que mantienen la estructura y función del ecosistema por las actividades que realizan, tales como la depredación selectiva de especies de peces, reciclamiento de nutrientes y mantenimiento de refugios con agua durante las sequías.
Todos los cocodrilos son depredadores acuáticos muy efectivos. Aún cuando están considerados dentro de los reptiles, los cocodrilos pueden mantener la temperatura de sus cuerpos dentro de límites estrechos, por medio de comportamiento, asoleándose cuando están fríos o buscando la sombra cuando están calientes. Usan la boca como radiador al dejarla abierta mientras duermen.
Su metabolismo es muy eficiente y tienen reflejos rápidos y una alta habilidad locomotora en tierra, la que les permite, inclusive, correr erectos sobre sus dos extremidades posteriores, o bien, nadar rápidamente en el agua impulsados por su poderosa cola.
Los cocodrilos presentan patrones de comportamiento complejos, con interacciones sociales, jerarquías de dominancia, vocalizaciones, alimentación coordinada y cuidado maternal.
Tienen buena vista y buen oído y cuentan con la particularidad de que sus dientes son sustituidos por nuevas piezas dentales cuando se les caen las anteriores.
Los cocodrilos son muy longevos en condiciones naturales y hay registros de la supervivencia por varias décadas de algunos de ellos. Bucean con muy buena visión debido a su segundo párpado transparente, los juveniles realizan un control natural de plagas de insectos o babosas al alimentarse de ellos.
Reproducción
La reproducción de los cocodrilos es por huevos. Hacen un nido, una pequeña montaña de hojas secas y tierra, cerca del agua donde la hembra desova. Un detalle de suma importancia: por lo general la madre es muy celosa del nido y de los pequeñuelos recién nacidos.
Las hembras pueden poner de 10 a 40 huevos con cascarón duro en un nido excavado en el suelo o en un montón de vegetación acumulado por ella misma. En la mayoría de las especies, ésta permanece cerca del nido para protegerlo contra depredadores.
Al nacimiento, las crías producen una vocalización que induce a la hembra a ayudarlas a salir del nido, inclusive acarreándolas en su boca para depositarlas en el agua.
Las crías permanecen cerca de la madre por varios meses y obtienen protección por su proximidad. Al ir creciendo, las crías se van dispersando y son cada vez más independientes; no obstante, un gran número de ellas muere por la depredación de otros animales e inclusive de otros cocodrilos, o bien por efecto del ambiente, como las bajas temperaturas.
Las crías sobrevivientes alcanzan la madurez en un periodo de entre cinco y quince años, dependiendo de la especie. En promedio y en la mayoría de las especies, las hembras alcanzan la madurez sexual a los ocho años de edad.
En general, las hembras crecen más lentamente que los machos, los que a su vez llegan a ser más grandes que las primeras.
Hábitat y hábitos
En el agua los cocodrilos se impulsan con la cola, que además les sirve como timón, y también con sus patas posteriores palmeadas; en tierra se arrastran lentamente o caminan o corren elevando el cuerpo sobre el terreno con sus cuatro extremidades, de cinco dedos las anteriores y cuatro las posteriores.
Desde el nacimiento y hasta que alcanzan una talla aproximada de un metro de longitud, consumen insectos, crustáceos, moluscos, anfibios y peces pequeños. Por su parte, los juveniles y pre-adultos, prefieren animales de mayor tamaño como son peces, pollos de aves, culebras, basiliscos, ranas y pequeños mamíferos.
Cuando alcanzan la edad adulta, se alimentan de distintas clases de animales sin importar el tamaño. Se estima que un ejemplar consume, dependiendo de la edad del cinco al veinte por ciento de su peso corporal de alimento por semana.
Para comer los cocodrilos aprisionan a su presa, que pueden tragar completa si es del tamaño adecuado para este efecto. Si por el contrario se trata de una presa grande, le dan vueltas hasta que la desgarran, y luego engullen los trozos completos, ya que no tienen la habilidad de masticar.
Estos reptiles tienen mala fama en cuanto a los ataques a humanos y realmente existen algunos reportes accidentales en ese sentido, también pueden llegar a atacar cerdos, becerros y hasta perros, sobre todo cuando estos animales se acercan a beber en las márgenes de los ríos o manglares.
Sin embargo, éstas son sólo excepciones, ya que en realidad, cuando son pequeños su dieta carnívora incluye: larvas, insectos, crustáceos y en la fase adulta se alimentan generalmente de peces, crustáceos, aves y mamíferos silvestres de considerable tamaño.
También se sabe que tragan pequeñas piedras o guijarros, llamados gastrolitos, de los que se cree que les sirven para ayudarse en la trituración y digestión de los alimentos, de los cuales no dejan ningún rastro en el excremento como los otros carnívoros.
Extinción
Debido a su aspecto terrorífico, de gran devorador, el cocodrilo ha sido el antagonista ideal de muchos héroes de películas y esa imagen distorsionada –en un filme de terror estadounidense un cocodrilo macho devora en una sola noche a seis seres humanos– crea en muchas personas sentimientos de temor o repulsión hacia estas criaturas. La verdad, sin embargo, es muy distinta.
Más que amenaza, el cocodrilo es otra de las numerosas especies amenazadas por la extinción. El hombre lo persigue motivado por el amplio mercado de productos obtenidos de su piel. En la década de los sesenta, cuando la cotización de estos artículos alcanzó niveles estratosféricos, se produjo una matanza sin igual en América, quizá sólo comparable con el exterminio masivo del bisonte en las praderas estadounidenses, la cual llevó a profetizar a los zoólogos: "En pocos años, los grandes reptiles acorazados, que desde hace 175 millones de años existen en la Tierra, se extinguirán como antaño ocurrió con los dinosaurios".
Su piel gruesa y durable tiene gran demanda en la industria peletera, que la emplea para la elaboración de zapatos, bolsas, cinturones, portafolios, billeteras y otros accesorios. Su carne es considerada muy sabrosa en algunos lugares y la industria de la perfumería utiliza sus dientes para fijar aromas. Además, hay gran demanda de crías de cocodrilo y caimanes para el comercio de mascotas exóticas. Por increíble que parezca, la demanda en este mercado alcanza niveles muy elevados.
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