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- La Cobra - serpientes venenosas
martes, 29 de septiembre de 2009
Nombre común de ciertas especies de una familia de serpientes venenosas, conocidas por su aspecto intimidante y su picadura mortal. Es fácil reconocerlas por una especie de caperuza que despliegan cuando están irritadas o se sienten amenazadas, que se forma por extensión de las costillas de la parte trasera de su cabeza. Estos reptiles viven en Filipinas, el sur de Asia y África.
La cobra real o cobra de Birmania es la serpiente venenosa más larga del mundo. El promedio de su longitud es de 3,7 m pero algunas alcanzan los 5,5 metros. Es una serpiente delgada, de color oliva o pardo, con ojos de color bronce. Vive en Filipinas, Malasia, sur de China, Myanmar, India, Tailandia y la península Malaya. Su actividad es diurna y se alimenta principalmente de otras serpientes. Su veneno es muy tóxico.
La otra cobra asiática es conocida como cobra de anteojos (debido a un dibujo similar a unos anteojos que exhibe en su piel). Rara vez alcanza una longitud superior a los 1,8 metros. El ensanchamiento de la zona de la cabeza de la cobra asiática es, proporcionalmente, mucho mayor que el de la cobra real y suele ser de color amarillo o castaño, con un dibujo en forma de anteojos en blanco y negro situado en la parte dorsal y dos motas blancas en la superficie inferior. Desarrolla su actividad durante el crepúsculo y por la noche, y se alimenta de reptiles, aves y roedores. Esta serpiente es causa de muchas muertes al año en la India, donde se le trata con respeto religioso y rara vez se le da muerte. Vive desde la costa este del mar Caspio hasta China y Malasia.
La mayoría de las cobras son nativas de África. Entre ellas está la cobra escupidora, que vive desde el sur de Egipto hasta el norte de Suráfrica; puede rociar con su veneno los ojos de sus víctimas desde una distancia de unos 2,4 m, produciendo ceguera pasajera y grandes dolores. Las variedades de la cobra escupidora tienen un color que oscila desde el negro mate hasta el rosa, y las de color más claro exhiben una banda negra en torno al cuello. La cobra de collar surafricana, un tipo diferente de cobra escupidora confinada a Suráfrica, es la más pequeña de las cobras, con sólo cerca de 1,2 metros de longitud. Es de color castaño oscuro o negro con escamas acanaladas y anillos de color claro en el cuello. La cobra común vive en la costa norte de África.
El veneno de las cobras, una neurotoxina, tiene un efecto devastador sobre el sistema nervioso. Con todo, gracias a la mayor disponibilidad de un antídoto eficaz, la elevada tasa de mortalidad debida a su potente veneno ha disminuido en algunas zonas de Asia. El veneno de las cobras se viene usando en la investigación médica debido a que contiene una enzima, la lecitinasa, que disuelve las paredes de las células, así como las membranas que rodean a los virus.
La cobra real o cobra de Birmania es la serpiente venenosa más larga del mundo. El promedio de su longitud es de 3,7 m pero algunas alcanzan los 5,5 metros. Es una serpiente delgada, de color oliva o pardo, con ojos de color bronce. Vive en Filipinas, Malasia, sur de China, Myanmar, India, Tailandia y la península Malaya. Su actividad es diurna y se alimenta principalmente de otras serpientes. Su veneno es muy tóxico.
La otra cobra asiática es conocida como cobra de anteojos (debido a un dibujo similar a unos anteojos que exhibe en su piel). Rara vez alcanza una longitud superior a los 1,8 metros. El ensanchamiento de la zona de la cabeza de la cobra asiática es, proporcionalmente, mucho mayor que el de la cobra real y suele ser de color amarillo o castaño, con un dibujo en forma de anteojos en blanco y negro situado en la parte dorsal y dos motas blancas en la superficie inferior. Desarrolla su actividad durante el crepúsculo y por la noche, y se alimenta de reptiles, aves y roedores. Esta serpiente es causa de muchas muertes al año en la India, donde se le trata con respeto religioso y rara vez se le da muerte. Vive desde la costa este del mar Caspio hasta China y Malasia.
La mayoría de las cobras son nativas de África. Entre ellas está la cobra escupidora, que vive desde el sur de Egipto hasta el norte de Suráfrica; puede rociar con su veneno los ojos de sus víctimas desde una distancia de unos 2,4 m, produciendo ceguera pasajera y grandes dolores. Las variedades de la cobra escupidora tienen un color que oscila desde el negro mate hasta el rosa, y las de color más claro exhiben una banda negra en torno al cuello. La cobra de collar surafricana, un tipo diferente de cobra escupidora confinada a Suráfrica, es la más pequeña de las cobras, con sólo cerca de 1,2 metros de longitud. Es de color castaño oscuro o negro con escamas acanaladas y anillos de color claro en el cuello. La cobra común vive en la costa norte de África.
El veneno de las cobras, una neurotoxina, tiene un efecto devastador sobre el sistema nervioso. Con todo, gracias a la mayor disponibilidad de un antídoto eficaz, la elevada tasa de mortalidad debida a su potente veneno ha disminuido en algunas zonas de Asia. El veneno de las cobras se viene usando en la investigación médica debido a que contiene una enzima, la lecitinasa, que disuelve las paredes de las células, así como las membranas que rodean a los virus.
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